21 de mayo de 2011

Porque a veces, somos incapaces de verlo...


No todo es lo que parece. Puede parecerte que somos amigos. Puede parecerte que no me preocupo por ti, y que no pienso en ti. Puede parecerte que no me paso horas, sentada frente al ordenador esperando que me hables. Pueden pasarte por la cabeza infinidad de cosas. Pero ninguna será cierta. Porque yo me paso horas esperando un Hola. Porque me paso el día preguntándome que estarás haciendo, si piensas en mi como yo en ti. Porque no solo somos amigos, lo pienso a todas horas. Porque, con un simple hola, se me pone el corazón a 1000 km/h. Sé que vivimos a miles de kilómetros. Pero, ¿y qué? No quiero escusas. Hoy por hoy, siento que quiero una vida contigo, sin prisas, sin pausas. Porque yo puedo hablar con cientos de personas en un día, pero ninguna de ellas se puede comparar con la sonrisa que me sacas en un minuto con ese HOLA.

16 de mayo de 2011

Y a pesar de todo
Hoy me siento tan bien...

15 de mayo de 2011

Por todos esos momentos que ya nunca compartiremos.
Aunque quiera.

5 de mayo de 2011

Decepciones constantes…

Todos los días, a todas horas, personas en todo el mundo sufren decepciones de las personas que más quieren. Algunas no son grandes, y se arreglan rápidamente. Pero otras no, como esta. O estas. Porque hoy se junta todo. Hoy no es un día normal. Hoy, posiblemente, todo se junta, se forma una pelota tan grande que no sabes por dónde salir y lo único que te consuela es gritar. Gritar y dejarte la voz en esos gritos que no vas a conseguir acallar por mucho que te metas en el mar. Gritos que no sirven para nada porque esas personas seguirán haciendo lo mismo, porque siempre lo han hecho, pero no te querías dar cuenta. Esperabas un cambio que nunca llega. Pero tú, crédula, sigues esperándolo. Y seguirás esperándolo hasta que te canses de verdad, hasta que le grites a esa persona lo que realmente pasa. Pero ese día será tarde. Porque, por mucho que la otra persona lo quiera arreglar, tu no vas a querer, vas a querer que esa persona desaparezca de tu vida. No saber absolutamente nada de ella. Igual que llevas haciendo todos esos meses que has estado fuera y no se ha dignado a llamarte para preguntarte si estás bien después de que tu novio te dejara, o si estás bien en esa nueva cuidad en la que nunca has estado y todo es nuevo, o si te lo pasas bien, o simplemente decir “Te echaba de menos”. O sufres una decepción de una persona a la que estimas y aprecias, y de golpe, lleva todo el tiempo que la conoces en una absoluta mentira que ha explotado de la forma más estúpida. Y no sabes que hacer, porque vives con ella. Y no sólo la estimas, sino que la quieres. Porque pensabas que era una buena persona. Pero ahora ya no sabes que pensar. No sabes si solo te ha mentido con esto o no. No sabes que creer. Si creer a tu instinto que te dice “Sal de ahí y no mires hacia atrás”.

Porque, sinceramente, tengo la sensación de que soy su paño de lagrimas. Y la amistad no se basa en eso. Se basa en ser las dos personas dos pañuelos, dos paracaídas, dos camas elásticas, dos payasos, dos personas. No solamente una… Hace falta no ser tan egoísta para darse cuenta. De vez en cuando, me gustaría que alguien pensara en mí como yo pienso en vosotrxs. Cansa ser un psicólogo no remunerado…


Una vez dijimos para siempre...

Pero yo hoy no lo tengo tan claro

1 de mayo de 2011

El corazón siempre te hará volver.

-¿Quién es?

-Hola, eh… Soy yo

-Ah, eres tú. Había borrado tu número de teléfono. ¿Pasa algo?

-Estaba pensando en ti y te he llamado.

-Son las 3 de la mañana… No puedes llamarme a las 3 de la mañana y decirme que pensabas en mí, sobre todo cuando fuiste tú la que saliste corriendo cuando te dije que te quería…

-Lo sé… Pero estoy borracha, sola y no sabía qué hacer.Cogí el teléfono y casi sin quererlo marqué tu número inconscientemente...Pensé que tú también estarías pensando en mí.

-Hace tiempo que intento no hacerlo… ¿Por qué no te metes en la cama? Mañana te arrepentirás de haberme llamado. Yo haré como que no ha pasado. Te lo prometo.

-¡No! No quiero meterme en la cama y hacer como si todo estuviera bien. Porque no lo está. Estoy muriendo por dentro. No sé cómo, pero algo de ti se ha quedado dentro de mí y está haciéndome daño, es como una pequeña espina, que cuanto más tiempo pasa, más se me clava… La herida se hace cada minuto más honda, profunda y no para de sangrar. Me desangro desde que huí. Era una cría. Una niña pequeña que no sabía lo que quería y le daba miedo lo que sentía. Por mi cama han pasado demasiadas personas para darme cuenta de que esa herida, que no para de sangrar, me la he hecho yo sola, intentando olvidarte, intentando olvidar que lo que tenía que haber dicho no era un Adiós, sino un Te Quiero. Porque TE QUIERO. Lo gritaría a los cuatro vientos, a los siete mares, a todo el mundo. TE QUIERO. Y no te quiero un poquito, te quiero demasiado, tanto que hace daño. Y sé que tú me quieres o que me quisiste. Quiero recuperar el tiempo perdido contigo. Yo quiero ir de picnic, dormir cuando salga el sol, comer chocolate, pizzas, cruasanes, bailar, mirarte y que me mires, empujarte cuando ocupas todo el sitio en el sofá, ir de compras, lavarme los dientes al mismo tiempo que tú, cotillear lo que lees por encima de tu hombro, hacer el tonto, presentarte a mis amigas, quitarte la manta, cocinar, despertarte, ducharme contigo, ir al mercadillo, cantarte canciones, que me cantes tus canciones, discutir, disfrazarme, mirar a la gente, hacer el amor, estar de morros, reír, buscar una casa con vistas, ver pelis, ir descalza por la playa agarrados de la mano, montar en bicicleta, ver la tele, cantar bajo la lluvia, besarte bajo la lluvia, darte la mano, preguntarte si todavía me quieres, pegar fotos, vivir, volver a empezar de cero…

-Estás borracha, no sabes lo que dices. Si realmente sintieras todo esto estarías aquí, diciéndomelo cara a cara, y no metida entre tus sabanas con una botella de whisky como somnífero. Además, escucho ruido, seguro que no estás en tu casa, sino en algún bar de fiesta y todo esto es una broma de las tuyas, o las de tus amigas. No me hace gracia. Te voy a colgar.

-Sabes, no dirías todo eso si realmente supieras donde estoy. Porque no estoy borracha, ni estoy en mi casa ni de fiesta.

-¿A no? ¿Y dónde estás?

-Debajo de tu ventana, mojándome, no ha parado de llover desde que has cogido el teléfono. Pero no me importa si así me escuchas. Te Quiero. Y estoy aquí. Diciéndotelo a la cara si bajaras a hablar conmigo...Ei. Hola.

-No te muevas.

-Gracias por bajar.

-Dime todo lo que quieras, ahora, que estoy frente a ti.

-He sido estúpida. Te quiero en mi vida. No quiero que mi miedo nos frene. Quiero dormir abrazados y lo que es peor, vestidos. Quiero que lo primero que vea al levantarme sea tu cara, sonriente. Quiero una vida contigo. Sin pausas. Sin prisas. Quiero hacer mil y una cosas. Pero todas contigo. Te prometo que guardaré mi miedo en otro lugar. Te lo juro. Quiero que estés junto a mí. Te Quiero.

-No te acerques.

-Pero… Yo… Yo te quiero…

-No te acerques. Porque como des un paso más pienso agarrarte y no volver a soltarte nunca más. Porque pienso hacer todas esas cosas que me acabas de decir… Porque yo también quiero recuperar el tiempo perdido. Yo quiero ir de picnic, dormir cuando salga el sol, comer chocolate, pizzas, cruasanes, bailar, mirarte y que me mires, empujarte cuando ocupas todo el sitio en el sofá, ir de compras, lavarme los dientes al mismo tiempo que tú, cotillear lo que lees por encima del hombro, hacer el tonto, presentarte a mis amigos, quitarte la manta, cocinar, despertarte, ducharme contigo, ir al mercadillo, cantarte canciones, que me cantes tus canciones, discutir, disfrazarme, mirar a la gente, hacer el amor, estar de morros, reír, buscar una casa con vistas, ver pelis, ir descalzo por la playa agarrados de la mano, montar en bicicleta, ver la tele, cantar bajo la lluvia, besarte bajo la lluvia, darte la mano, preguntarte si todavía me quieres, pegar fotos, vivir, volver a empezar de cero… Porque Te Quiero. Y eso nunca cambiará.