11 de abril de 2012

La segunda estrella a la derecha y directos al amanecer



Te echo tanto de menos, que ya no soy capaz de ver pasar el tiempo.
Echo de menos tus sonrisas cálidas que aportan la seguridad de poder hacer cualquier cosa.
Echo de menos tus ojos, brillantes y fugaces como estrellas, que son capaces de iluminar hasta la tristeza.
Echo de menos tus caricias dulces capaces de inundarme a escalofríos
Echo de menos verte sonrojar cuando te miro con detenimiento y no eres capaz de aguantarme la mirada.
Echo de menos el calor de tu cuerpo, pues sin él, el verano se torna frio.
Echo de menos tus suspiros, tus gestos, tu boca, tus ojos, tus besos salados…
Te echo tanto de menos…

A veces miro de noche el cielo, y al ver los tímidos puntos de luz brillar en el firmamento no puedo dejar de sentirme sola. Porque por más que busco entre las estrellas, la más hermosa de todas, está demasiado lejos para poder verla.